Dioses de Egipto (Gods of Egypt) 2016.

Esta es la clase de película que solo viendo el tráiler o algun cartel sabes que no va a ser buena, o que difícilmente va a serlo. Pero no sé por que, tenía ganas de verla. Tenía una curiosidad malsana por comprobar cuál era el diámetro de este estrepitoso despropósito, saber si al menos podía echarme unas risas con esto. Y me eché algunas, vaya que sí, pero también sentí pena al ver el diamante en bruto que tenían aquí, lo que podría haber sido y no fue.

Lo digo sobre todo porque esta horrorosa, recargada y hortera estética esconde debajo una historia que es bastante fiel a la mitología egipcia (no en lo visual, insisto) con algunos personajes protagonistas que me han parecido muy interesantes y provechosos. Me refiero a los dioses de la película, creo que Horus, Ra y Set logran salirse del tópico lo suficiente como para ser divertidos por sí solos, y además sus actores cumplen de sobra. La premisa y el desarrollo tampoco están tan mal, realmente, las motivaciones de los personajes están bien escritas, sufren una evolución coherente, tiene una estructura clásica pero sin sonar a refrito barato…

¿Cuál es el problema entonces? Que visualmente es un dolor, y eso es algo difícil de soportar. El guion, como ya he dicho, es correcto, pero debería ser magnífico para que compensase todo lo demás, y por desgracia no es el caso, de hecho hay escenas muy tontas (como la forma en que cierto ladrón obtiene cierta joya) que he disculpado. ¿Qué es tan aberrante? Los efectos visuales, son de videojuego barato, no tienen excusa posible, es el equivalente pixelado a la gomaespuma de la Serie-B fílmica: no es que cante la Traviata, es que la soprano ha reventado. Hay veces en las que te sorprenden, como con las cobras gigantes, que se ven muchísimo mejor que el resto de los elementos hechos por ordenador, pero son casos excepcionales. El diseño de producción y de vestuario tampoco ayudan, vale que quisieran hacer ostentoso ese Egipto ficticio, pero se pasaron de rosca hasta tal punto de hacerlo irreconocible. Lo cual es una pena, porque la estética egipcia da para mucho y no se entiende que decidieran pasar de ella hasta ese punto tan demencial. Tampoco se puede decir que el ritmo sea demasiado bueno, es bastante irregular, aunque debo admitir que no llegué a aburrirme en ningún momento.

En definitiva, una película fallida. Menos horrorosa, en global, de lo que me esperaba. Si me dieran a elegir entre esta y el remake de Furia de Titanes, me quedaba con este esperpento visual. Y es que es una pena, si técnicamente fuera resultona, habría bastado para recomendarla como una buena película de aventuras. Pero no es el caso.