Life 2017.

Últimamente se están haciendo bastantes películas ambientadas en el espacio. No solo hay un resurgir de la space opera bastante interesante, ya sea con la nueva saga de Star Trek (cuyas tres películas son, en mi opinión, geniales), la continuación de la saga de Star Wars o las de Guardianes de la Galaxia, sino que también tenemos un poco de ciencia ficción “dura” con títulos tan atractivos como The Martian o Gravity. Por eso, hoy en día hay menos reparo a la hora de acercarse a una película de estas características en la cartelera. En esta ocasión tenemos una interesante propuesta que se aproxima más a la franquicia de Alien, ya que trata de un organismo traído de Marte que deciden investigar en un satélite con todo el cuidado posible y, como es de esperar, dicho espécimen pasa a ser una amenaza, convirtiendo la historia de investigación en una de supervivencia.

En los primeros cuarenta minutos, aproximadamente, la película apunta maneras. Todo está en su sitio: buen reparto, buena presentación de personajes, una puesta en escena más que decente (se atreven hasta con un largo plano-secuencia, que ya no sorprende tanto porque se ha hecho hasta la saciedad) y un tratamiento para el “bicho” bastante sesudo, con muchas palabras técnicas para que suene veraz y creíble. Al principio resulta impredecible, muy peligroso sobre todo porque ignoras dónde están sus límites y qué es capaz de hacer. Te sientes tan indefenso como la tripulación, que no sabe bien cómo enfrentarse a un ser tan único y aparentemente indestructible y letal. La pena es que cuanto más grande se hace, cuanto más “monstruo” se vuelve, menos sorprende, su diseño pasa a ser más típico y la tensión va menguando. No solo porque de repente se convierte en una más de terror al estilo “corre, que te pilla el bicho”, sino porque despachan rápido a los personajes más interesantes (tampoco mucho, no creáis) y de los que quedan, sinceramente, no hay mucha chicha que sacar. Digamos que no sufres demasiado por ellos, sobre todo cuando acaba quedando la típica pareja “apañá” que es muy cliché en cualquier película del género.

Life2017_2

¿Es un desastre entonces? No, qué va. Es solo un pelín decepcionante, pero entretiene en todo momento y no tiene burradas muy escandalosas. Irónicamente, casi podrías achacarle el tener personajes excesivamente heroicos, muy buenos en todos los aspectos. Demasiado. Si en Prometheus los tripulantes parecían sacados de una comedia de Adam Sandler, estos son todo lo contrario: muy preparados (que siendo astronautas cualificados, es lo suyo) y perfectos. Si la situación les supera es porque es excesivamente complicada, hasta el propio Chuck Norris lo tendría difícil. Casi se echa en falta un poquito más de estupidez humana o algo de conflicto, sobre todo para sentirlos más humanos y poder identificarnos con ellos. Pero si hay algo que aplaudir de la historia… es su valiente final. Si en Passengers tuvimos un “happy end” forzado, aquí tenemos lo que todos deseamos desde el minuto uno. Si queréis saber de qué se trata, mejor vedla y me contáis.

Es decente. Tiene buenas actuaciones, todo está en su sitio y se deja ver, con algunas escenas incluso memorables. Lo malo es que no ofrece nada nuevo ni demasiado impactante. Pero si quieres pasarlo bien con una película de terror espacial, con esta difícilmente te equivocarás.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.