Con la nostalgia hemos topado, señores. Ahora lo que se lleva es traer de vuelta todo aquello que en los años noventa nos flipaba. Empezamos con Jurassic World, seguimos con Bella y la Bestia, veremos una nueva versión de IT y ahora le toca a la famosa serie de Saban de los superhéroes de colores que fusilaba escenas de una serie oriental Tokusatsu (que viene a ser un género televisivo en imagen real donde se hace uso constante de efectos visuales) llamada Super Sentai: Los Power Rangers.
Debo admitir que, en su día, vi la película de estos personajes en el cine. De hecho, para mi desgracia, vi dos: la de 1995 que causó furor entre la chiquillada y ahora es absolutamente aborrecible y la secuela, Turbo Power Rangers, que es todavía peor, y ya es decir. Cuando vi que iban a hacer un remake serio, pensé que lo tenían muy complicado para sacar algo realmente chulo a partir de un material tan manoseado, repetido y pobre en cuanto a personajes, trasfondo y demás. Y es que, no nos engañemos, la serie era bastante boba. Nos encantaba, sí, pero era pura caspa y merchandising del cutre, incluso por aquellos años. En el recreo recuerdo que la criticábamos constantemente, sabíamos que era mala. ¿Esta versión cumple?
Bueno, para mi gusto, a medias.
No está del todo mal. Se nota que pusieron empeño para sacar algo decente con todo ese material. Y pusieron el foco donde correspondía: en los personajes principales. Que parece obvio, sí, pero con esta franquicia, al menos con los originales, nunca fue así: todo era acción y acrobacias con tópicos andantes sin personalidad. En ese sentido, esta vez han acertado, los protagonistas son interesantes y tienen, de verdad, ciertas peculiaridades que los hacen únicos. Por no decir que han tomado la excelente decisión de que el grupo no esté compuesto por los populares de siempre, sino por marginados sociales con problemas para relacionarse o para estar conformes con ellos mismos. Incluso Zordon se presenta algo ambiguo y el origen de Rita Repulsa la convierte en alguien más interesante que la típica bruja mala sin más que era originalmente. Con todo esto, la película debería encantarme, ¿no?
No es así del todo porque considero que, subjetivamente, se ha pasado de un extremo a otro. Hay demasiada exposición de personajes, muchísima presentación y muy poca acción. ¿Eso debería ser un problema? No, pero sí es cierto que buscan tanto el drama que, por momentos, se antoja forzado o simplemente no funciona. Alterna escenas muy buenas de desarrollo con otras que sientes que podrían haberse obviado. Busca tantísimo ser realista con el origen de este grupo de guerreros que su entrenamiento se alarga en exceso y, sobre todo, se abusa de la idea de que deben superar ciertos traumas y relacionarse adecuadamente entre ellos para obtener los poderes, alargando una situación que sabemos que llegará sí o sí. Juegan tantísimo con la expectativa que, para cuando llega lo que todos queríamos ver, ya es demasiado tarde. Habría preferido un mejor equilibrio, uno que permitiera satisfacer un poco más al viejo fan, que solo encuentra lo que más le gustaba ver de la serie original en la media hora final. Y es que las alarmas se disparan cuando te percatas de que ponen la música de la intro en un momento de la película y notas que no pega en absoluto con el tono del filme, que no combina nada con el resto. Algo falla ahí.
Pero lo dicho, como película le pega mil vueltas a las originales, no es que sea difícil pero el empeño se nota, algo decente han conseguido. Es solo que quizá debería haber tenido un poco más de desenfado y menos miedo al ridículo. Eso y haber cuidado más ciertos aspectos de la trama donde se reincide en exceso y se alargan escenas que podrían haber dado más de sí con mucho menos. Espero que hagan secuelas, que lo aquí presentado tiene un potencial tremendo.
Ovitácora 