El Protegido (Unbreakable) 2000.

Esta era mi favorita de Shyamalan, junto a El Bosque y El Sexto Sentido. Digo «era» porque hay veces que te das cuenta, en un revisionado, de que algunas películas dependen demasiado de un aspecto único que, una vez pierde la frescura, notas que no sustenta todo el conjunto. O esa es la sensación que he tenido con esta película.

Ojo, no digo que sea mala. Ni muchísimo menos. Ya solo por el concepto, la ambientación y el giro argumental ya merece la pena verla. La idea de que en realidad estamos ante una película de superhéroes enmascarada (toma paradoja) la hace única en su especie, sobre todo porque entiende bien el género y juega perfectamente con la dualidad del héroe y el villano antagónico. Hay diálogos que, de verdad, son oro puro para el aficionado de toda la vida, porque se nota que el director, escritor y productor, que son la misma persona, se empolló bien el tema y desde luego sabe tratarlo con acierto.

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Sin embargo, viendo la película de nuevo me di cuenta de que tiene muchos de los problemas que he visto aún más acrecentados en las posteriores obras del director. Y es que los personajes son súmamente robóticos. Inexpresivos, totalmente mecánicos. No es que no muestren emoción alguna, en algún momento lo hacen, pero en otros donde supuestamente deberíamos ver reacciones coherentes, da la sensación de que están extrañamente fríos y distantes. Especialmente Bruce Willis, que se pasea todo el filme con una expresividad digna de Terminator. Flagrante especialmente cuando el personaje de Robin Wright (irreconocible), su esposa en la película, se sincera con él con un monólogo tras una pregunta y el marido se mantiene totalmente impasible. Hay una frialdad permanente que podría decirse que es el estilo del director, pero en algunos casos queda irreal.

Aparte, la idea es muy potente, y el giro sorprende de veras, ni siquiera es engañoso, toda la película te lo están mostrando delante de tus narices y ni te das cuenta. Es un golpe de genio, desde luego. Pero se apoya demasiado en él. El desarrollo es pausado y poco interesante. El protagonista no sustenta bien el filme, es muchísimo más interesante el personaje de Samuel L. Jackson, y esto es porque tiene cierta personalidad y alguna motivación. El protagonista, que lleva el peso de la historia, y su familia no atrapan nada. Dan demasiadas vueltas respecto a si enfermó o no a lo largo de su vida, cuando todos conocemos la respuesta. Es muy poco interesante.

Así pues, es una buena película, imperfecta pero con una gran idea detrás. Es una pena que en el desarrollo se muestre algo torpe. Y resulta curioso comprobar cómo Shmayalan, en producciones posteriores, mejoraría mucho en cuanto a ritmo. Lo digo por La Visita o Múltiple. De esta última hablaré próximamente.

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