Dolor y dinero (Pain and Gain) 2013.

Oh, una película de Michael Bay, qué horror, ¿no?

Pues ni tanto ni tan calvo. Es bien maja la película, y no sé hasta qué punto seríamos bastante más indulgentes con ella si el nombre del director no estuviese en el póster. Sobre todo porque, tras verla, uno tiene la impresión de haber visto una especie de Lobo de Wall Street pero con esteroides y personajes todavía más burros y pasados de rosca, que ya es decir. Hay muchos elementos en esta película que recuerdan al cine de Martin Scorsese. Y no, no os lancéis al cuello, que me refiero a uno en especial al que parece haberse ajustado bien el creador de la saga fílmica de Transformers, aquel relacionado con protagonistas cuya avaricia les destrozó la vida (y especialmente las de los demás).

PainGain

Porque está basada en hechos reales, centrándose en la carnaza a un ritmo muy dinámico que puede llegar a sobrecargar un poco por la mitad pero remontando bastante por el final. No busca la complacencia ni la simpatía del público con esos personajes, eso está claro, y hasta se permite ser bastante sarcástico con el sueño americano, llegando a confundir un poco. Digo esto porque llega un punto en el que no sabes si finalmente Bay pretendía una sátira cojonuda del mismo o contarnos que, pese a lo estúpidos que estos protagonistas fueron, al menos lucharon y se arriesgaron por algo en lo que creían, lo cual tiene su mérito. Esa ambigüedad con el tema incomoda, pero es que se trata de una película intencionadamente incómoda, por lo general. Y divertida, es como ver Jackass, te desagrada lo que ves, a ratos hace que te replantees tu fe en la humanidad, pero lo disfrutas. Aunque eso es bastante subjetivo.

Que no será perfecta, desde luego. Pero memorable y atrevida un rato, el único fallo gordo que le saco es que quizá dura demasiado. Unos cuantos minutos de menos le habrían venido bien.

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