Los que me conocen saben que no soy muy nostálgico de los 80, que me gustan películas de esa década pero no todas, ni siento especial admiración por aquella época, ni creo que sea mejor que la actual en cuanto a cultura cinéfila, televisiva y comiquera, etc. Pero algo raro me pasa, y es que cuando sacan homenajes de dicha década, suelen atinar conmigo. No sé si es porque el toque retro, bien empleado, me fascina o qué. La cosa es que obras como Stranger Things, Super 8 o Kung Fury me han llegado a gustar mucho. Así que cuando vi el trailer de esta película canadiense, pues no me lo pensé dos veces.
Lo malo es que su visionado me produce sentimientos encontrados. Por un lado me parece bastante chorras y tiene escenas muy cutres. Pero por otro, sus pretensiones son tan conscientemente bajas y se toma tan poco en serio a sí misma que resulta realmente difícil de criticar. De hecho, tengo que admitir que me lo he pasado pipa viéndola, que he disfrutado una burrada con las escenas de acción, con todo su gore (porque tiene MUCHO gore) y creatividad. Me han gustado hasta los personajes, los protagonistas me parecen entrañables, muy simpáticos y únicos. Especialmente la chica, que se salta todos los tópicos habidos y por haber y tiene una personalidad maravillosa. Era francamente entretenida de ver. Por no decir que el villano, pese a ser tan sobreactuado, es justo lo que debe ser: un cabrón sarcástico sin escrúpulos cuya revelación final es para partirse de la risa.
Y es que hasta tiene pequeños guiños (muy secundarios) a películas ochenteras, pero se puede disfrutar sin conocer nada de esa década. Se las apaña muy bien para crear un mundillo propio bastante curioso. En definitiva, que es una memez de peli, pero… ¡y lo bien que me lo he pasao!
Ovitácora 